miércoles, 7 de septiembre de 2011
Corazon y Emociones
La relación entre el corazón y la emociones es ancestral. Sabemos que el corazón, en la mayor parte de las culturas, es referido como el órgano de los sentimientos e incluso la misma palabra corazón parece originarse en un viejo verbo, ¨saltar¨, ¨saltarin¨ o ¨ciervo¨ , era como algo que golpeaba en el pecho frente a ciertas circunstancias, algo misterioso.
El corazón acompaña a cada una de las emociones y en los últimos años hemos empezado a tomar conciencia de la repercusión de una serie de emociones, llamemos negativas, tienen sobre la posibilidad de aparición de enfermedades cardiovasculares.
Hace años se hablaba mucho del estrés frente a las enfermedades cardiovasculares, fue un avance en la comprensión de las enfermedades. El concepto del estrés, es que frente a exigencias muy importantes de diferente índole, el organismo tiene una reacción similar, ya sea frente a mucho frío, mucho calor, mucho nerviosismo, mucha tensión, mucha exigencia. Lamentablemente, como esto esta reacción es común, puede inducirse mediante diferentes mecanismos en los animales y también en nosotros. De manera, que cuando decimos estamos estresados, estamos diciendo muy poca cosa, no le estamos dando especificidad a lo que verdaderamente estamos sintiendo, si son emociones positivas o negativas. De tal manera que es mucho mas importante focalizar en lo que son emociones especificas, hablemos de tristeza, enojo, miedo.
Curiosamente, todo el espectro de las emociones durante mucho tiempo quedó fuera de el área de investigación de la medicina, pero en los últimos 30 años ha habido un gigantesco avance en la investigación de la especificidad biológica y el rol biológico de las emociones. Hoy se sabe que las emociones juegan un rol crucial para la sobrevida, así la reacción del miedo por ejemplo, la pilorección, el enfriamiento de las palmas de las manos, la tendencia a la catarsis y la diuresis juegan un rol crucial. Así como también, las manifestaciones fisonómicas del miedo, la ira o la tristeza que son reconocibles de forma espontánea independientemente del medio cultural. Las emociones pasan a ser verdaderos programas para combatir problemas específicos o estímulos competentes para desencadenarlas.
En el caso de las enfermedades cardiovasculares, hay varias emociones que se relacionan específicamente con sintomatología, por ejemplo tanto las emociones positivas, el entusiasmo, como el temor se asocian a aceleración del pulso o taquicardias. Los enojos o la indignación se vinculan a aumentos de la presión arterial. En los últimos años, hemos tenido grandes avances en la comprensión de que circunstancias complejas de la vida, circunstancias degradantes, conflictos muy graves, pueden vincularse incluso a la aparición de infartos o a la muerte súbita. Esto abre un camino de investigación muy profundo y un camino también, desde el punto de vista de lo coloquial, para que cuando percibimos fuertes emociones negativas que inundan el contexto de nuestra vida, busquemos revertirlas o con cambios en nuestra actividad o nuestras vinculaciones o haciendo una consulta psicoterapéutica especializada.
Dr Carlos Tajer